Qué pasó cuando 10 adolescentes se desprendieron de sus celulares durante 5 días

La mayoría de los padres con hijos adolescentes comparten una preocupación común: el tiempo que estos pasan en sus teléfonos inteligentes. Aunque estos dispositivos son esenciales en la vida moderna para comunicarse, hacer consultas, coordinar actividades y hasta pagar diversos servicios, el uso excesivo, especialmente en redes sociales, puede convertirse en una obsesión.

Este fenómeno se conoce como “miedo a perderse algo” o FOMO (Fear Of Missing Out), una ansiedad de estar perdiéndose de algo interesante o emocionante que ocurre en internet.

Como parte de un proyecto de la BBC para analizar los hábitos de los jóvenes con sus teléfonos inteligentes, 10 estudiantes de la Escuela Técnica Universitaria Media City, en Salford, Inglaterra, intercambiaron sus teléfonos inteligentes por aparatos básicos Nokia, que solo permiten llamadas y mensajes de texto, durante cinco días. Este “programa de desintoxicación tecnológica” afectaría todos los aspectos de sus vidas, ya que esta generación se ha criado con internet para todo: comunicación, navegación, música en streaming, entre otros.

Impacto Positivo

Kristian Johnson, periodista de investigación de la BBC, monitoreó a algunos participantes. Uno de ellos, Will, solía pasar más de ocho horas al día en su teléfono, principalmente viendo videos de TikTok. Durante el experimento, Will se preocupó por cómo sobreviviría sin su dispositivo, pero eventualmente tuvo que socializar más con sus padres.

Por otro lado, Ruby, quien sueña con ser actriz, reconoció que dejar su teléfono “abrió más la conversación” con sus padres, quienes notaron un cambio positivo en su comportamiento. Ruby empezó a hablar más y a acostarse más temprano.

Sin embargo, para algunos adolescentes fue muy difícil despojarse de sus teléfonos. Charlie, de 14 años, abandonó el experimento después de 27 horas debido al estrés de no saber si alguien intentaba comunicarse con él.

Encuesta

Una encuesta realizada por la BBC a 2,000 jóvenes de entre 13 y 18 años reveló que:

– El 23% está de acuerdo con prohibir los teléfonos inteligentes a los menores de 16 años.

– El 35% cree que las redes sociales deberían prohibirse a menores de 16 años.

– El 50% dice que no tener sus teléfonos los hace sentir ansiosos, aunque esta cifra era más alta el año pasado (56%).

Participar en esta desintoxicación digital diferenciaba a estos adolescentes de sus contemporáneos, ya que el 74% de los encuestados dijeron que no considerarían intercambiar sus teléfonos inteligentes por un dispositivo básico.

Al final de los cinco días, los estudiantes recuperaron sus teléfonos con gran emoción, pero muchos expresaron el deseo de encontrar maneras de limitar su tiempo de uso. Will, por ejemplo, reflexionó sobre el tiempo que perdía en redes sociales y se comprometió a reducirlo para salir más y reconectar con su pasión por el ciclismo.

Esta experiencia mostró que, aunque los teléfonos inteligentes son herramientas útiles, es beneficioso tomarse un tiempo para desconectarse y redescubrir actividades y relaciones fuera de la pantalla.

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