La verdad sobre la marihuana: lo que nadie les dice a tus hijos

En la actualidad, la marihuana se presenta a menudo como una sustancia inofensiva y natural, minimizada en comparación con otras drogas. Sin embargo, es muy importante comprender los verdaderos riesgos que esta planta puede representar, especialmente para nuestros jóvenes, fundamentalmente porque detrás del enorme lobby “marihuanero” se esconden dos temibles enemigos: 1. La Ignorancia 2. Un gigantesco negocio.

A continuación, exploraremos algunos de los efectos más preocupantes del consumo de marihuana, centrándonos en el síndrome amotivacional, la pérdida de memoria y la irritabilidad.

Efectos a corto plazo:

1. Alteración de la memoria y el aprendizaje: La marihuana afecta la memoria a corto plazo, lo que puede interferir con el aprendizaje y la retención de información. Un estudio de Jager y Ramsey (2008) encontró que el THC, el principal componente psicoactivo de la marihuana, puede afectar negativamente la memoria y la función ejecutiva.

2. Percepción distorsionada: El uso de marihuana puede alterar la percepción del tiempo, el espacio y la realidad, lo que puede llevar a problemas en la coordinación motora y aumentar el riesgo de accidentes.

3. Ansiedad y paranoia: Algunas personas experimentan ansiedad, paranoia o incluso ataques de pánico después de consumir marihuana. Este efecto puede ser más común en personas con predisposición a trastornos de ansiedad (Crippa et al., 2009).

Efectos a largo plazo:

1. Problemas respiratorios: Fumar marihuana regularmente puede causar problemas respiratorios similares a los del tabaco, incluyendo bronquitis crónica y daño a los pulmones (Tashkin, 2013).

2. Impacto en la salud mental: El uso prolongado de marihuana se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales, como depresión, ansiedad y, en algunos casos, psicosis. La Asociación Americana de Psiquiatría ha señalado que el uso frecuente y temprano de marihuana puede estar relacionado con un mayor riesgo de esquizofrenia en individuos predispuestos (Arseneault et al., 2004).

3. Adicción: Aunque se debate la capacidad de la marihuana para causar adicción, aproximadamente el 10% de los usuarios desarrollan dependencia diaria y entre un 20 y 30% dependencia de uso semanal. Este porcentaje es mayor entre aquellos que comienzan a usar marihuana en la adolescencia.

4. Deterioro cognitivo: El uso crónico de marihuana puede llevar a un deterioro en funciones cognitivas como la memoria, la atención y la toma de decisiones. Estudios han mostrado que el uso a largo plazo puede tener efectos negativos en el desarrollo del cerebro, especialmente cuando se consume durante la adolescencia (Meier et al., 2012).

5. Impacto en el rendimiento académico y profesional: El uso regular de marihuana se ha asociado con un menor rendimiento académico y profesional. Un estudio de Fergusson y Boden (2008) encontró que los adolescentes que usan marihuana tienen más probabilidades de tener un rendimiento académico más bajo y una menor satisfacción en el trabajo.

La evidencia de los casos tratados y lo que no suelen decir

El Síndrome Amotivacional

El síndrome amotivacional es un estado caracterizado por la apatía, la falta de motivación y el desinterés generalizado por las actividades diarias. Los jóvenes que consumen marihuana regularmente pueden perder el interés en sus estudios, deportes y otras actividades que solían disfrutar. 

Juan es un estudiante universitario de 21 años que comenzó a usar marihuana regularmente desde los 18 años. Inicialmente, su consumo era esporádico y se limitaba a reuniones sociales con amigos. Sin embargo, con el tiempo, su uso de marihuana se volvió diario, lo que empezó a afectar diversos aspectos de su vida.

1. Desinterés Académico: Juan, quien solía ser un estudiante aplicado y con buenas calificaciones, comenzó a mostrar una marcada falta de interés en sus estudios. Sus notas bajaron considerablemente y empezó a faltar a clases con frecuencia.

2. Apatía General: Juan dejó de participar en actividades extracurriculares que solían apasionarle, como el deporte y la música. Pasaba la mayor parte de su tiempo libre consumiendo marihuana y realizando actividades pasivas como ver televisión.

3. Falta de Ambición: La motivación para cumplir con metas a largo plazo, como terminar su carrera universitaria o buscar oportunidades de empleo, se desvaneció. Juan adoptó una actitud de indiferencia hacia su futuro y sus responsabilidades.

4. Aislamiento Social: Aunque seguía viendo a sus amigos, las interacciones se centraban casi exclusivamente en el consumo de marihuana. Las relaciones significativas y las conversaciones profundas disminuyeron, y Juan se fue aislando progresivamente.

5. Problemas de Concentración: Juan experimentaba dificultades para concentrarse en tareas simples y para mantener la atención en actividades que requerían esfuerzo mental. Esto se reflejó tanto en su desempeño académico como en su vida diaria.

6. Falta de Energía: Aunque Juan no mostraba signos de depresión clínica, su energía y vitalidad disminuyeron notablemente. Se sentía constantemente cansado y sin ganas de realizar actividades físicas o mentales.

La Pérdida de Memoria

La marihuana afecta la memoria a corto plazo, lo que puede dificultar el aprendizaje y la retención de nueva información. Esto es especialmente perjudicial para los jóvenes, cuyo cerebro aún está en desarrollo. Un ejemplo común es el estudiante que, después de consumir marihuana, tiene dificultades para recordar lo que estudió para un examen, afectando así su rendimiento académico.

Irritabilidad

La marihuana también puede causar irritabilidad en sus usuarios, especialmente cuando no pueden consumirla. Esta dependencia puede llevar a cambios de humor abruptos y comportamiento agresivo. Imaginemos a un joven que se vuelve irritable y hostil cuando no tiene acceso a la marihuana, causando tensión en sus relaciones familiares y sociales.

A modo de una pequeña reflexión, sobre un gran problema

Es fundamental que como padres estemos informados sobre los efectos reales de la marihuana y estemos atentos a los cambios en el comportamiento de nuestros hijos. La prevención y la educación son nuestras mejores herramientas para proteger a nuestros jóvenes de los peligros asociados con el consumo de marihuana. Hablen con sus hijos sobre estos riesgos y manténganse involucrados en sus vidas diarias. Juntos, podemos ayudarlos a tomar decisiones más saludables y seguras.

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